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domingo, 30 de mayo de 2010

PENSAMIENTOS DE SEMANA SANTA

UNA SEMANA COMO LA DE HOY

Hace aproximadamente 1977 años, en una semana como esta, un joven hombre - más o menos 33 años – estaba agonizando crucificado.

Un hombre que murió por lo que creía. Un hombre que dejó una marca imborrable en la historia porque hay un antes y después de él, pero mas que nada, porque trajo a nuestro planeta, la idea de un amor universal, que lamentablemente nunca pudo ser puesto en practica.

El impacto de Jesús en la Historia es enorme.

Jesús predico el Amor y el Perdón en una época en la que la crueldad era la nota dominante y cotidiana.

Para Jesús todos somos hijos de Dios. Todos somos iguales sin importar cómo somos por dentro o por fuera, lo que tenemos o lo que nos falta, cualquiera sea el color de nuestra piel, la opción sexual o política.

La primera vez que algo así se escuchó fue en Galilea y el que lo proclamó fue Jesús de Nazaret. La igualdad de todos los hombres sea cual sea su raza, su nacionalidad, su religión o sus costumbres son la base del Mensaje: Todos somos iguales ante Dios, nadie es mejor ni peor porque no es tarea nuestra juzgar a nuestros semejantes.
Y sin duda el fue el precursor de los derechos humanos.

Sin embargo, era necesario que el muriera en la cruz. Ahora…¿el realmente quería morir?… creo que no. Ya en el huerto de los Olivos, según el evangelista Juan había dicho: “Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz”. Para finalizar diciendo… “Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".

En la Biblia… tanto en el Evangelio de Mateo como en Marcos expresó: “PADRE, PORQUE ME HAS ABANDONADO”, como reclamando un injusto proceder.

Sin embargo, en los evangelios de Lucas y Juan expresan que sus ultimas palabras fueron: “PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU” una frase que para mi constituye una declaración de confianza absoluta.

Y las escrituras se cumplieron. Jesús fue condenado a muerte y ejecutado en la Cruz.
Estudios históricos e incluso, fuentes Católicas coinciden que la crucifixión tuvo lugar un día viernes 7 de abril del año 30, ya que ese año cayó en sábado y cumple con todos los requisitos históricos que se narra en la Biblia.

De alguna manera todo lo que presenta el Evangelio tiene un mensaje de Amor y de Esperanza y que la muerte de Jesús no fue más que el trámite físico, terrible pero necesario para su posterior resurrección
. ...
Pueden creer o no en Dios, en la religión, en el más allá, en el mundo espiritual, pero una cosa es cierta, tanto Jesús, como otros maestros espirituales dejaron enseñanzas claves, que si se ponen en práctica, cambiaria inmediatamente el rumbo de la historia y la humanidad. Hay en el evangelio una frase que para mí, es la más importante de todas: AMA AL OTRO COMO A TI MISMO.

¿No les parece nada más simple que eso? AMA AL OTRO COMO A TI MISMO… esa es la clave que poniéndola en practica solucionaría los grandes problemas del mundo.
Pero eso que parece estar dirigido a los demás, a conciliar, a perdonar, a comprender… tiene un aspecto oculto, mejor dicho, un aspecto no visible y fundamental.

Nos llama indirectamente a la necesidad de amarse primero a uno mismo, para poder amar con esa misma intensidad a los demás.

Esa frase encierra dos mandatos. Amar a los demás como a uno mismo, pero sobre todo y primero que nada, amarse a uno mismo… porque amarse a uno mismo es fundamental, para querer como a uno mismo a los demás. Por lo tanto amigos: “ame a los demás como si fuera a Ud. mismo, pero sobre todo, - porque uno no puede dar algo que no tiene - “AMESE A SI MISMO” primero.

Amigos, les deseo una buena semana y una muy feliz Pascua.

Walter Accuosto

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