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viernes, 14 de agosto de 2009

DOS PISCIANAS DIFERENTES... pero iguales.




Las dos nacieron un 23 de Febrero de 1927 en Villa Cañas (Provincia de Santa Fe) Rosario.

Son hermanas mellizas y sus nombres son Rosa María Juana Martínez y María Aurelia Martínez, más conocidas como Mirta y Silvia Legrand

En 1939 (a los 12 años) fueron descubiertas por un director de cine quien le ofrece trabajar en “Hay que educar a Niní” con la gran Niní Marshall.

En 1941 volvieron a actuar juntas en “Los martes, Orquídeas” y la historia es conocida.

Silvia, poco a poco va encerrándose y Mirta, poco a poco destacándose.

La vida las puso juntas y el destino las separo, no emocionalmente, sino artística y socialmente.

Una lucha contra el tiempo (su imagen es su carta de poder).

La otra no se preocupo y siguió su vida “normalmente” como Ud. … o como yo.

Los resultados están a la vista: parecen diferentes, son diferentes.

¿Quién será más feliz?

¿Ud. me lo puede decir?

¿Ud. lo sabe?

Yo no.

Walter Accuosto

sábado, 1 de agosto de 2009

TU ESTAS EN TODO... NADA SE DESTRUYE.



La vida es un capricho de algunos billones de células…

Que han decidido ser tú,

Por un rato

Todo, absolutamente todo está hecho por átomos y los átomos son energía proveniente del Universo, del Todo, de DIOS.

Están por todos lados.

Tanto los sólidos como los líquidos están construidos por átomos y ellos son - no solo abundante - sino fabulosamente duraderos.

Nada se destruye… todo se trasforma.

Cada uno de los millones y millones de átomos que se encuentran en tu cuerpo con toda seguridad ya han pasado por varias estrellas y ha sido parte de millones de organismos en su largo paso a convertirse en TI.

Nada se destruye… todo se trasforma

Nos reciclamos de tal modo, que un número significante de nuestros propios átomos alguna vez pertenecieron a Shakespeare, Cristóbal Colón, Cleopatra, Gandi, Beethoven o quien quieras nombrar.

TU ERES FANTASTICO...

-Yo también-

Walter

UN ALTAR EN SU CASA

Aunque los altares son lugares consagrados para llevar a cabo rituales y hacer ofrendas o sacrificios, los instalados por nuestra cuenta en la casa donde habitamos o en el trabajo, pueden servirnos muy bien para conectar con nuestro ser interior a la vez que impregnamos lo cotidiano con elementos mágico-divinos.

Hay muchas personas que debido a su ritmo ajetreado de vida no pueden desplazarse a un santuario para orar y brindar a su espíritu un tiempo para el esparcimiento, a pesar de sentir la profunda necesidad de hacerlo.

La opción de construirse un altar propio para prácticas espirituales como la meditación, para ayudarse en procesos de duelo, o simplemente para relajarse tras una dura jornada, puede ser una experiencia muy estimulante y beneficiosa.

Cualquiera que sea su tamaño y el uso que hagamos de nuestro altar privado, este siempre enriquecerá nuestra vida de algún modo.

Al levantarnos, por ejemplo, podemos visitarlo y encender unas velas mientras realizamos una plegaria o meditamos durante unos minutos antes de comenzar nuestras actividades cotidianas.

Es una hermosa forma de empezar el día reconociendo lo sagrado contenido en el espacio que nos rodea.

La creación de un altar, por muy pequeño que sea, no es una mera actividad decorativa: implica un proceso de descubrimiento de aquello que tiene especial valor para nosotros. Cada persona lo construirá según su gusto y sus creencias.

Aquellas que estén adheridas a una religión organizada como el cristianismo probablemente optarán por elegir estampas o iconos de Jesús, la Virgen y los santos. Las que simpaticen por el budismo, en cambio, preferirán colocar estatuillas de Buda.

En cualquier caso, más importante si cabe que la elección de iconos religiosos u otros objetos, es convertir ese espacio en un oasis de paz que propicie la reflexión y nos permita extraer cuanta energía y serenidad necesitemos, lejos de la prisa diaria y las preocupaciones de la existencia.


Muchas personas siguen rituales específicos ante el altar para concentrarse mentalmente o para purificar el entorno: queman hierbas o incienso, rocían el altar con agua y hacen sonar tambores o campanillas a la vez que recitan mantras determinados. No importa el tipo de ritual que se efectúe; la fuerza psíquica que estos altares desencadenan a su alrededor -sobre todo si se utilizan para practicar alguna técnica de meditación- será muy poderosa.



Claves para la construcción de un altar

Constrúyelo despacio, sin prisas. Visualízalo y ve incorporando nuevos elementos poco a poco, a medida que encuentres objetos significativos para ti.


Hay personas que prefieren colocar sus altares en los cuartos donde pasan más tiempo, la cocina, por ejemplo, o encima de cualquier repisa o estante.

Otras prefieren esconderlo y lo construyen dentro de un armario o en un rincón poco visible. En verano, resulta muy agradable montar un altarcito en el jardín. En cualquier caso, debe tenerse sumo cuidado si se enciende fuego.

Aunque no existen reglas fijas es conveniente tener en cuenta lo siguiente:

-El altar debe instalarse en un lugar tranquilo, donde nadie pueda molestarnos.

-Conviene que esté aislado de ruidos (teléfono, televisión, tráfico), especialmente si se desea meditar y hacer rituales.

-La escala del altar depende del espacio disponible. No tiene por qué ser grande para que concentre energías, y puede incluso ser portátil.

-Puede servir cualquier superficie: una caja de madera, una mesa, una tabla apoyada sobre ladrillos, una repisa en la cocina o la parte superior de la cómoda en el dormitorio (los objetos se pueden luego guardar en el primer cajón).


¿Qué objetos elegir?


La elección de objetos para decorar el altar es algo muy personal.

Si tiene creencias religiosas específicas es aconsejable colocar símbolos o figuras relacionados con ellas para conectar el hogar con las energías de sus prácticas espirituales.

Pueden servir estatuas de ángeles, Budas, vírgenes, santos, o incluso animales. Es preferible colocar este tipo de iconos al fondo del altar.

Velas de varios colores. Las velas blancas se recomiendan especialmente para aumentar la espiritualidad en la casa.

Conviene quemar incienso a diario para purificar el ambiente de vibraciones pesadas. Así pues, debemos tener un hornito de aromaterapia o quemadores de incienso y perfumes. Deben colocarse en la parte delantera del altar.

Frutos, flores frescas y secas a modo de ofrendas para tener presente la naturaleza.

Gemas, elementos marinos, tréboles de cuatro hojas, ramas de olivo o romero.

Instrumentos de sonidos: campanillas, cuencos tibetanos, tambores, sonajeros, diapasones para concentrar la mente e intensificar la vibración ambiental.

Cuerdas, varas, pentáculos, cruces.

Sal en bolsitas o jarras de cristal para limpiar y purificar el altar.

Afirmaciones escritas en trozos de papel para rogar por la vitalidad y la salud de las personas queridas, o para obtener éxito en exámenes o proyectos.


Representar los cuatro elementos

Conviene poner el altar en conjunción con los cuatro elementos, que son la suma de las fuerzas universales.


Fuego: Es purificador por excelencia y debe colocarse en forma de velas o lamparillas de aceite. Hay velas preparadas en vasijas de cristal que se pueden dejar ardiendo durante varios días con toda tranquilidad.

Agua: Un recipiente con agua o unos cristales de cuarzo transparente representarán este elemento a la perfección. El agua nos traerá amor, satisfacción, espiritualidad, apertura mental y sentido de la unidad familiar.

Tierra: Un recipiente con sal, un cuenco o taza con tierra, o en su defecto un montoncito de piedras, simbolizarán este elemento. La tierra otorga al espacio estabilidad y ayuda a concentrar las energías y a favorecer los planos materiales.

Aire: Los capullos de rosas u otras flores, plumas, incensarios o pebeteros son perfectos como representación del aire, elemento que simboliza inteligencia y favorece la organización mental y física.

ESPERO QUE ESTOS DATOS LE HAYAN SIDO UTILES

TODOS LOS TIEMPOS SON DISTINTOS...

Quien no conoce nada, no ama nada.
Quien no puede hacer nada, no comprende nada.
Quien nada comprende, nada vale.
Pero quien comprende también ama, observa, ve...
Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor...

Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas.

POLVO DE ESTRELLAS

"¿Que hay en una estrella?
Nosotros mismos.
Todos los elementos de nuestro cuerpo y del planeta
estuvieron en las entrañas de una estrella.
Somos polvo de estrellas".

ERNESTO CARDENAL, "Cántico Cósmico"


Esta letra pertenece a nuestro querido cantaautor Uruguayo Jorge Drexler



Vale
Una vida lo que un sol
Una vida lo que un sol
Vale
Se aprende en la cuna,
se aprende en la cama,
se aprende en la puerta de un hospital.
Se aprende de golpe,
se aprende de a poco y a veces se aprende recién al final
Toda la gloria es nada
Toda vida es sagrada
Una estrellita de nada
en la periferia
de una galaxia menor.
Una, entre tantos millones
y un grano de polvo girando a su alrededor
No dejaremos huella,
sólo polvo de estrellas.

Vale
Una vida lo que un sol
Una vida lo que un sol
Vale

Se aprende en la escuela,
se olvida en la guerra,
un hijo te vuelve a enseñar.
Está en el espejo,
está en las trincheras, parece que nadie parece notar
Toda victoria es nada
Toda vida es sagrada
Un enjambre de moléculas
puestas de acuerdo
de forma provisional.
Un animal prodigioso
con la delirante obsesión de querer perdurar
No dejaremos huella,
sólo polvo de estrellas.

LA CIUDAD DE LOS POZOS

Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.
Esta ciudad estaba habitada por pozos.

Pozos vivientes… pero pozos al fin.

Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior).

Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.

La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.

Un día llegó a la ciudad una ‘moda’ que seguramente había nacido en algún pueblito humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.

Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas.

Algunos se llenaban de cosas, monedas de oro y piedras preciosas.

Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte y fueron llenándose de pinturas , pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas.

Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.

Pasó el tiempo…

La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más.
Los pozos no eran todos iguales así que , si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior…

Alguno de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.

No paso mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.

Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente.

El pensó que si seguían hinchándose de tal manera , pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad… Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho.

Pronto se dio cuenta que todo lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar.

Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido… Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego , cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.

Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho…

Un día , sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro , y muy en el fondo encontró agua!!!.
Nunca antes otro pozo había encontrado agua…

El pozo supero la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera.

La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.

Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto , en tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron árboles después… La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar ‘El Vergel’.

Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro. -Ningún milagro- contestaba el Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo profundo…

Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse.

Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas… En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío…

Y también empezó a profundizar…

Y también llegó al agua…

Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo…

- ¿Qué harás cuando se termine el agua?- le preguntaban.

- No sé lo que pasará- contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco , más agua hay.
Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.

Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma…

Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.

Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida.

No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:

La comunicación profunda sólo la consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar…

EL ALMA GEMELA Y EL KARMA

Existe una leyenda griega en la que los dioses del Olimpo una vez creado el mundo vieron a los hombres muy felices, y sintieron envidia de verlos disfrutar.

Después comprobaron que esa felicidad les hacia fuertes y poderosos y temieron por ellos mismos pensado que un dia los humanos querrían ser dioses también y como eran muchos podrían ser destronados del Olimpo.

Asi pues se reunieron y decidieron que partirían a cada ser en dos mitades y los diseminarían por la Tierra de forma que, deberían pasar el resto de sus vidas buscando a su complemento para recuperar la felicidad perdida.

Pero solo aquellos que lograran mantener el equilibrio interno individualmente, lograrían recuperar su pareja.

Desde entonces hombres y mujeres vivimos buscando a nuestra alma gemela.

Es uno de nuestros trabajos más dolorosos.

Las almas gemelas son espíritus afines que supuestamente se reencarnan juntos vida tras vida para resolver un karma.

Cuando dos almas gemelas han de reencontrarse, el Cosmos se confabula para posibilitarlo.

ANIMALITOS MELANCÓLICOS...










La siguiente serie de "animalitos melancólicos" pertenece a AXEL PISKULIC.

La encontré en su excelente pagina "Amarse a uno mismo" y no me pude resistir de comunicarme con el y pedirle, si me dejaba compartirla con Uds.






El generosamente me dijo que si y aqui están estos "Animalitos melancólicos" que espero le gusten.
(Las ilustraciones pertenecen a FABOARTS, un talentoso artista Hondureño)

Alex dice:
Estos animalitos parecen estar un poco tristes.
O por lo menos muy, muy serios.
Y es que…


Tal vez a esta ardilla no le alcanza con saber muy bien cómo acaparar lo necesario para hacer frente a un largo período de escasez.
Es que la felicidad no depende de lo que tengamos guardado, ni aunque se trate de una verdadera fortuna.

Quizás este monito sea el habitante más inteligente de toda la selva, pero no se lo ve muy contento… La inteligencia y la felicidad no van necesariamente de la mano.


La proverbial sabiduría del búho tampoco parece conducir a la felicidad. Podemos creer que conocemos todas las respuestas y todavía seguir preguntándonos cómo alcanzar la felicidad…


La seguridad de un refugio siempre disponible y hecho a su medida, no parece garantizarle la felicidad a esta tortuga. La seguridad no nos hace sentir felices, sino que es al revés: la auténtica felicidad nos hace sentir seguros…


La capacidad de intimidar a los demás con una mirada como ésta tal vez nos permita manipular a algunas personas. Pero no contribuye precisamente a alcanzar la felicidad.


Y también podemos ser grandes conversadores y tener una vida social muy animada…


…o ser muy originales y llamar siempre la atención…


…o hasta podríamos llegar a conseguir que todo el mundo nos considere adorables… y aún así no sentirnos felices.

Es que la felicidad amigos... no depende de ninguna de estas cosas.
No tiene que ver con posesiones ni relaciones ni talentos.
Es un estado de plenitud que sólo podemos encontrar en nuestro interior,
el único lugar donde podemos descubrir,
para luego compartir,
el auténtico amor.