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sábado, 19 de abril de 2008

LAS SUPERSTICIONES

¿Quien no tiene una?.

Ellas se remontan desde que el hombre comenzó a poblar la tierra y se basan en la creencia que por determinadas acciones uno puede cambiar el rumbo del Destino.

Se manifiestan en todos los extractos sociales, desde la gente común, a profesionales, deportistas, personas vinculadas al arte y hasta en la ciencia ya que, según un cable de AFP, publicado en el portal de Montevideo.com del día 15 de abril de este año – 2008 – dice lo siguiente: Por motivos supersticiosos, la agencia espacial rusa eliminó el número 13 de sus vuelos, por lo que la próxima misión de la nave Soyuz pasará directamente a ser conocida como la número 14. La agencia espacial rusa dijo este lunes que va a llamar directamente 'misión 14' al próximo vuelo de la nave Soyuz TMA hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), refiriéndose abiertamente a las supersticiones relacionadas con el número 'trece'.

Hoy les hablare de algunas de ellas y cuales son los orígenes.

Cuando en una conversación se dice algo de lo cual estamos conformes o indica de nuestra parte buena suerte, lo primero que se hace es tocar madera. La historia de esta superstición se remonta a los Celtas que creía que los dioses habitaban en los árboles.

Ellos sostenían que el Dios de los cielos vivía en los robles y que si se alardeaba de las cosas que uno poseía (materiales, espirituales o buena suerte) el se enojaba, y por esa razón, como forma de tributo, lo tocaban y se ponían a su merced.

El simple hecho de estornudar y decir Salud!!! se remonta a la época de los Romanos que sostenían que el espíritu que habitaba en nuestro cuerpo, cada vez que uno estornudaba, dejaba parte de su energía fuera, por esa razón, el deseo de salud, era dicho para conjurarlo. Algo parecido pasaba con los egipcios, que al bostezar se tapaban la boca, no como síntoma de buena educación, como se hace hoy, sino porque el Ka, que es el espíritu, podía escapar por la boca.

Romper un espejo es otra superstición muy conocida. El espejo nos devuelve nuestra imagen, y si ella se rompe, se cree que se rompe nuestro equilibrio.

Derramar la sal, tiene dos historias. Una es que Judas en la ultima cena derrama accidentalmente sal sobre la mesa. La otra, es que antiguamente la sal era considerada una mercancía rara y costosa. Los pagos se efectuaban con sal, razón por la cual existe la palabra salario. El hecho de derramarse, significaba una perdida económica importante.

La tal conocida superstición de evitar pasar por debajo de una escalera, tiene su origen en que la escalera, el suelo y la pared en que se apoya, forma un triángulo, figura muy importante en el ocultismo y traspasar toda figura triangular, era romper con el equilibrio perfecto, algo que podía alterar el humor de los dioses, por eso, aún en esta época mucha gente evita hacerlo.
Que nos pase un gato negro frente a nosotros, es considerado como un signo de mala suerte. Se basa en que en la edad media, las brujas eran asociadas a los gatos negros y de ahí ese temor.

Encender tres cigarrillos con un mismo fósforo, fue en la época de la guerra sinónimo de fatalidad . Eso se debe a que en las trincheras, cuando los soldados fumaban, con el primer cigarrillo eran descubiertos por el enemigo, con el segundo apuntaban y al tercero tiraban.

La rapidez con que los conejos saltan y evitan los obstáculos, dio lugar a la creencia que quien tuviera una pata de conejo, absorbía la rapidez y velocidad del mismo. Esta creencia se remonta al principio de la vida humana en la tierra, porque ya en las cavernas de hace millones de años, existen dibujos y eran usadas para darle a quien la poseía ,rapidez de reacción y velocidad, algo muy importante para poder sobrevivir.

Y por ultimo quizá la más conocida y actualmente respetada. El numero 13. Los grandes hoteles en todo el mundo, el piso trece no existe. Se pasa del piso 12 al 14 para evitar la negación de habitar este piso. Aquí en Uruguay el conocido Hotel Radisson, ex - Victoria Plaza, también es así. Tampoco los asientos 13 en las grandes líneas Aéreas. Y ahora, como vimos en el comienzo de la nota, tampoco habrán vuelos interplanetarios con ese numero.

El origen de esta superstición se remonta a la ultima cena, que compartió Jesús con los doce apóstoles, antes que Judas Iscariote efectuara la traición.

De allí surge la idea que trece personas sentadas a una mesa es mala suerte, de los viernes y martes trece y de la negación para algunos de vincularse de una u otra forma con este número.

Hay muchas más, algunas generales, como la buena suerte atribuida a los grillos, no abrir un paraguas dentro de la casa, levantarse con el pie izquierdo, poner un sombrero sobre la cama, en el teatro no usar nada amarillo...

No podemos ser esclavos de las supersticiones. No se cambia el destino haciendo o usando tal cosa.

Se cambia tomando consciencia que somos nosotros los dueños de nuestra vida y ayudándonos con técnicas, maneras de actuar, usando la estrategia, voluntad y perseverancia aplicada a aquellas cosas que queremos lograr.

El único dueño de su vida es Ud. y de Ud. depende que hacer con ella.

COMO EL BAMBU

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¿Crece, maldita seas!"...
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó solo seis semanas crecer?
No.
La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente el resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

DECIR ADIOS...

DECIR ADIOS…

En nuestro camino encontramos muchas almas con las que interactuamos e intercambiamos energías de un modo que contribuye a nuestro crecimiento y al suyo.

Aprendemos lecciones conjuntamente. Compartimos la mesa. Compartimos el amor. Pero a menudo llega el momento de decir adiós.

Hay despedidas que llegan de manera súbita, inesperada, sin advertencia. Hay despedidas que podemos planear, y hasta programar.

La duración de la despedida no tiene importancia. Lo que importa es cómo manejamos nuestras despedidas.

Podemos despedirnos con el corazón abierto y agradeciendo todo lo que hemos aprendido. O podemos cerrar el corazón y decir con amargura que hemos vuelto a perder. Podemos decir adiós con una actitud de confianza, fe y amor, en la creencia de que nuestros corazones nos unieron durante un tiempo para disfrutar de la vida y avanzar a nuestro viaje.

O podemos hacerlo emitiendo juicios duros preguntándonos que hicimos mal para que nuestro camino nos impidiera continuar unidos. Podemos decir adiós con el corazón abierto, sintiendo tristeza, añoranza y alegría.

O podemos decir adiós bloqueando nuestras emociones y afirmando que así es la vida.A veces es hora de decir adiós.

No siempre podemos elegir el momento, pero si podemos elegir las palabras de nuestro corazón.

DECIDIR...

Una antigua parábola japonesa cuenta la historia de un maestro samurai a quien uno de sus discípulos desafiaba constantemente buscando igualar al maestro.

Este comprendía las necesidades del joven y enfrentaba con toda paciencia las situaciones que su discípulo provocaba cada vez que podía.

Frustrado en sus intentos, el discípulo concibió finalmente una manera infalible de vencer a su maestro.

Sosteniendo en el hueco de su mano un pichón de pájaro, se lo mostró preguntándole: “Este pájaro en mis manos… ¿esta vivo o muerto?”

El maestro sabia que si decía que el pájaro estaba muerto el discípulo abriría las manos y dejaría volar al pájaro, y si decía que estaba vivo, aquel quebraría rápidamente con los dedos el cuello del animal y le mostraría un pájaro sin vida.

Entonces el maestro, poseedor de la verdadera sabiduría, simplemente miro a los ojos a su retador y dijo: “estará como tu quieras que esté”

Imagine que es Ud quien tiene al pájaro en su mano y sustitúyalo, por su vida. Ud. puede dejar que vuele hacia el camino de la autorrealización, o puede sofocarla, con permanentes auto sabotajes, dejando de aprovechar sus potencialidades, tomando el camino mas fácil, pero no el mejor o convenciéndose, que no puede, que no tiene fuerza o que no se lo merece.

Medite sobre esta parábola y luego, actúe. Pero sobre todo, tenga en cuenta algo que es muy importante a la hora de trabajar con los sueños, planes y proyectos: SI NO SE ESTA ACERCANDO HACIA DONDE QUIERE IR… SE ESTA ALEJANDO.

Y Esto me lleva a recordar algo que una vez escribió Erica Young que decía: toma tu vida en tus manos… y ¿Qué sucede?

Algo TERRIBLE. No hay nadie a quien culpar.

CORRER RIESGOS

Dos semillas están juntas en la Tierra Sembrada.

La primera semilla dijo: ¡Quiero crecer!
Quiero que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que mis retoños rompan la corteza de la tierra que tengo arriba...
Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera... ¡Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos!
Y entonces Creció.

La segunda semilla dijo: Tengo miedo.
Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé que encontraré en la oscuridad. Si me abro camino a través del suelo duro por sobre mí puedo dañar mis delicados retoños... ¿Y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata de comerlos? Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque del suelo. No, me conviene esperar hasta que sea seguro.

Y entonces Esperó.

Un ave que andaba dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró la semilla que esperaba y enseguida se la tragó...

"Los que se niegan a correr riesgos y a crecer son tragados por la vida".

CREDENDA

Credenda
(Palabra latina que viene de credere, que significa confiar o creer).
Aléjate de la muchedumbre y de su afán infructuoso de fama y oro.
Nunca vuelva atrás la vista, una vez que hayas cerrado tu puerta al deplorable tumulto de la codicia y la ambición.
Enjúgate las lágrimas del fracaso y del infortunio.
Pon a un lado tu onerosa carga y descansa hasta que tu corazón haya recuperado la calma.
Consérvate en paz.
Es ya más tarde de lo que piensas, pues tu vida terrena, en el mejor de los casos, no es más que un parpadeo entre dos eternidades.
Desecha todo temor.
Nada puede dañarte aquí, sólo tu mismo.
Haz aquello que temes y aprecia con orgullo esas victorias.
Concentra tu energía.
Estar en todas partes es tanto como no estar en ninguna.
Sé celoso de tu tiempo, porque es tu mayor tesoro.
Recapacita sobre tus metas.
Antes de permitir que tu corazón se aficione demasiado a algo, examina la felicidad de que gozan los que ya tienen lo que tú deseas.
Ama a tu familia y ten muy presente tu ventura.
Piensa con cuánto afán la buscarías si no la poseyeras.
Haz a un lado tus sueños imposibles y lleva a cabo la tarea que tienes a tu alcance, por desagradable que sea.
Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber esperar.
Sé paciente.
Los retrasos de Dios no son negativas.
Espera. Mantente en firme.
Ten presente que tu tesorero siempre está cerca.
Lo que siembres, bueno o malo, eso será lo que coseches.
Nunca culpes a los demás por tu situación.
Eres lo que eres por decisión tuya; eso es todo.
Aprende a vivir en una pobreza honrada, si así debe ser, y ocúpate en cosas más importantes que en llevarte oro a la tumba. Nada de hacer concesiones a la dificultad.
La ansiedad es la herrumbre de la vida y cuando agregas las cargas de mañana a las de hoy, su peso resulta intolerable.
Aléjate de la compañía del quejumbroso y da más bien gracias por tus derrotas. No las sufrirías si no las necesitaras.
Aprende siempre de los demás.
El que se enseña a sí mismo, tiene por maestro a un necio.
Sé cuidadoso. No graves tu conciencia.
Lleva tu vida como si tuvieras que pasarla en una palestra llena de gente chismosa. Evita la fanfarronería.
Si ves en ti algo que te hincha de orgullo, obsérvate más de cerca y encontrarás materia más que suficiente para humillarte.
Sé sensato.
Date cuenta de que no todos los hombres han sido creados iguales, porque no hay igualdad en la naturaleza. Sin embargo, jamás ha nacido un hombre cuyo trabajo no haya nacido con él.
Trabaja cada día como si fuera el primero, pero trata con ternura las vidas que tocas, como si todas debieran acabarse a medianoche.
Ama a todos, incluso a los que te repudian; el odio es un lujo que no puedes permitirte.
Busca a los menesterosos.
Aprende que el que da con una mano recogerá siempre con las dos. Consérvate en buen estado de ánimo. Por encima de todo recuerda que se necesita muy poco para llevar una vida feliz.
Mira hacia arriba. Camina siempre adelante.
Aférrate a Dios con sencillez y recorre en silencio tu sendero hacia la eternidad, con caridad y con una sonrisa.
Cuando partas, todos dirán que tu legado fue dejar un mundo mejor que el que tú encontraste.

Og Mandino y Buddy Kaye ; del libro “El don de la Estrella”

BIENVENIDOS

Mi nombre es Walter Accuosto y soy astrólogo y terapeuta floral.
Nací en Montevideo –Uruguay -, un 5 de noviembre del año 1953.
Desde el año 1994, dirijo el programa llamado “Panorama Astral” en radio Universal, 970 A.M que se emite todos los sábados a las 13 horas y escribo las predicciones astrológicas en el diario “El Observador”.
La idea de este blog es acercarles historias, reflexiones, consejos, cuentos y herramientas que le permitan mejorar humanamente y acércalos espiritualmente a la luz.
Agradezco opiniones y colaboraciones - para hacer de este - un espacio que nos permita comunicarnos y crecer.
La forma de comunicanos:
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via escrita: Diario “El observador” suplemento del domingo