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domingo, 25 de marzo de 2012

UN MAESTRO ESPIRITUAL, UNA VAQUITA, UNA ACCION Y SU REACCION.

Un antiguo cuento de la sabiduría oriental, cuenta que una vez, un viejo maestro espiritual acompañado por su discípulo en su recorrido hacia la búsqueda de la verdad, después de haber caminado mas de dos días casi en pleno desierto, vieron a lo lejos una casa de apariencia pobre y decidieron una breve visita al lugar en busca de agua y algo de alimento.

            Cuanto más se acercaban, más pobreza veían.

Una casa vieja, despintada en la cual vivía una pareja con sus tres hijos. Todos vestidos pobremente, descalzos y extremadamente delgados.

            Sin embargo fueron muy bien recibidos, le dieron agua, un pan y un trozo de  queso y le ofrecieron un lugar para descansar.

            La curiosidad del maestro era grande. ¿Como podían vivir esas personas, con tan poco?... ¿y de donde sacarían el dinero para comprar su comida, ya que era una zona infértil y estaban en la mitad de la nada?

            Entonces el maestro le pregunto al dueño de casa: ¿Como hace Ud. y su familia para sobrevivir aquí?

            El hombre respondió: Nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche por día. Una parte la vendemos, otra la cambiamos por alimento o un poco de ropa en el mercado y con la otra parte nos alimentamos, hacemos queso y manteca y es así como vamos sobreviviendo.

            El maestro agradeció el descanso y las provisiones y continúo su viaje acompañado por el discípulo.

            En el medio del camino, se encontraron con la vaquita que estaba atada a una estaca, flaca y pastando en medio de yuyos y tierra seca.

            Fue ahí, cuando el maestro ordeno al discípulo que fuera por la vaquita y la llevara a un precipicio y desde allí, la tirara hacia abajo.

            El discípulo espantado ante esa idea, recrimino a su maestro que si hacían eso, esa familia moriría de hambre, pero ante el silencio y la mirada fija ordenándole que así lo hiciera, el discípulo, con muchos sentimientos encontrados acato la orden.

            Llevo a la vaquita a un alto terraplén y sin mirar, la empujo hasta el borde hasta hacerla caer.
           
            Ese hecho quedo grabado en la mente del discípulo a fuego… El sentimiento de culpa también.

            Pasaron los años y el peso de esa acción, hizo que un día el discípulo sintiera que era necesario rectificar lo que había hecho.

Entonces… Decidió recorrer nuevamente el desierto hasta encontrar esa vieja casa y decirle a esa pobre familia lo que había hecho, como forma – no solo de pedir perdón – sino también de quitarse esa culpa de encima, que hacia que algunas noches, no pudiera dormir.

            Munido de agua y varios panes dirigió sus pasos en busca de esa vieja casa y pobre familia para confesar lo que había hecho y ver de que manera podría ayudarlos.

            Diez días y diez noches duro el viaje… hasta que por fin, - casi agotado --- comenzó a reconocer el paisaje.

Se estremeció al pasar nuevamente junto al precipicio, pero a medida que se iba aproximando a la casa  notó que el lugar estaba mas bonito, con árboles frutales a los lados de camino, la casa pintada con colores alegres, un carro con caballos y varios niños jugando alegremente en un jardín lleno de flores.

            El discípulo se sintió más triste aún imaginando que aquella familia humilde debió de haber vendido el terreno y su casa, que era lo único que tenían para poder sobrevivir...¿¡quien sabe donde estarían...???

            Cuando llego, fue recibido por un hombre muy simpático, a quien pregunto por la familia que vivía allí cuatro años antes.

            El hombre respondió que seguían viviendo allí.

Asombrado se dio cuenta que el hombre era el mismo…

Entro a la casa y confirmo que esa era la misma familia que apenas podía alimentarse pocos años antes. Ahora los niños estaban bien vestidos, el matrimonio pleno, la casa rebozaba de energía, varios caballos pastando en un prado verde y los árboles llenos de frutos.

            El discípulo elogio el lugar y le pregunto al hombre como había hecho para mejorar le lugar y cambiar de vida?

            A lo que el dueño de casa respondió:

Nosotros teníamos una vaquita y un día se cayó por el precipicio.

Quedamos desolados...

Ella nos daba todo. Vendíamos la leche y con lo que quedaba nos alimentábamos.

            Cuando la vaquita se murió...  se nos acabo el único medio que teníamos para sobrevivir y de ahí en adelante, nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas.

Y así comencé a trabajar la tierra. Mi esposa se dedico a hacer tapices y de golpe, la venta de las telas y la cosecha abundante nos dio un buen lugar en el mercado y comenzamos a prosperar.

La muerte de la vaquita, nos obligo a desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos.

De esa manera pudimos mejorar nuestra vida.

Y aquí finaliza el cuento.

            ¿Que mensaje le dejo?

            Yo les voy a comentar lo que me trasmitió a mí.

Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia.

Hacemos cosas y obtenemos resultados. Siempre que hacemos lo mismo, obtendremos idénticos resultados.

Si queremos cosas distintas, hay que hacer cosas diferentes y muchas veces eso incluye, tirar abajo todo lo que se construyo… otras simplemente  (pero no menos difícil) tirar por el precipicio a nuestra “vaquita” … a eso a lo que estamos atados pero que no es lo mejor para uno.

Es muy difícil deshacerse de lo que uno tiene, porque uno piensa que es lo único.

Sin embargo, es necesario exigirse un poco mas, animarse a llevar adelante su sueño personal, comprometerse a mejorar, lograr obtener una mejor calidad de vida y seguir la misión que su alma trajo al nacer.

            ¿Que es difícil?... por supuesto que es difícil. La vida no es fácil…

            ¿Es posible?... por supuesto que es posible.

            ¿Que necesita para hacerlo?

Dos cosas. GANAS Y ESTRATEGIA.

            Las ganas vienen de adentro. Es una fuerza que se genera dentro de cada uno de nosotros, es el motor. Si no tenemos ganas, no lo hacemos... ahora, si ponemos las ganas... siempre realizaremos cambios.

            La estrategia es la capacidad de pautar maneras de actuar, calculando acciones y resultados.

            Un militar es estratega. Sabe con que ejercito cuenta, con que ejercito se va a enfrentar, calcula las fuerzas y busca como manejar su ejército para avanzar sobre el enemigo.
            Un medico usa la estrategia. Cuando tiene un paciente frente suyo lo estudia, le hace preguntas, lo osculta, pide exámenes clínicos y con toda la información, diagnostica y marca los tratamientos.

            Un cocinero usa la estrategia. Se informa que elementos necesita su receta y en que proporciones. Prepara cada uno de los elementos en sus medidas y ordenadamente. Respeta el proceso de mezcla de esos elementos, espera el tiempo que necesite para leudar, pone el horno a la temperatura requerida y espera el tiempo necesario.

            Eso es la estrategia. La DEFINICION que da el diccionario es: arte de dirigir un asunto y resolver un conflicto.

            Por lo tanto, cuando la vida solo nos da lamentos, rutinas, estados de inmovilidad… nos  esta pidiendo cambios.

Cuando las cosas a nuestro alrededor cambian, tenemos la necesidad e cambiar también nosotros y la única manera es no desesperarse. En esta vida todo tiene solución menos la muerte por lo tanto... no desesperarse.

            Cada situación personal es única y es necesaria una consulta personal, tener la carta natal de la persona para ver las posibilidades y recurrir a los elementos que le ayuden al consultante a salir adelante.

            Pero en forma general, se debe tener la valentía de aceptar que las cosas no como uno quiere, o como hubiera querido… no son como uno las merece o lo necesita…

Las cosas son como son.

No es sano alimentar locas fantasías que todo se va a solucionar solo, ni tampoco justificar que es nuestra mala suerte y menos que son las acciones de terceros que con su mala onda genera lo que nos sucede.

Hay que aceptar… lo primero que se debe hacer es aceptar: que las cosas amigos… son como son.

Si no esta de acuerdo en como son y decide generar cambios… estará dando un paso muy importante.

Y Cuando asuma que su vida necesita cambios DEBE ESTAR NECESARIAMENTE apoyados en una estrategia.

¿Que cambios podrán mejorar su vida? ¿Que es lo que necesita... a quien puede recurrir? Necesita solamente dinero para generar cambios, o ayuda, o apoyo moral o lo fundamental GANAS.

Tome las riendas de su destino. Nadie hará nada por Ud. Es cruel, pero es verdad. Todos le ofrecerán palabras de aliento, le darán ideas, le sugerirán maneras de actuar, pero quien debe hacer el trabajo es Ud.

Responsabilícese por lo que pasa.

Las cosas son así, como dice Kessman, " es lo que hay”.

Bueno, desde lo que hay...

¿Que puede mejorar?

Que pasen una semana serena, vital y divertida.

Walter Accuosto

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