Ten
siempre muy presente y no olvides ni por un minuto que la parte más
importante de ti mismo es tu ser interno, tu alma, tu mente, tu
espíritu, lo que está dentro de ti.
Sin esa parte invisible e interna tú sólo serías una masa de huesos y carne.
Dedica un tiempo importante de cada día a
tu ser interno: medita, ora, piensa, lee, escribe, enriquece y
fortalece tu espiritualidad, que allí encontrarás todas las respuestas.
Pregúntale cada noche a tu ser interno sobre alguna inquietud que tengas relacionada con tu vida y tu crecimiento.
La respuesta vendrá a ti cada mañana,
como una imagen, como una melodía, como una palabra o como una frase
apenas perceptible, porque esa voz no pretende imponerse, sino hacer de
ti una persona en actitud de alerta ante las enseñanzas de la vida.
Escucha esa voz interna que con suavidad y sutileza te muestra el camino correcto y da la respuesta a tu pregunta.
Quedarás maravillado de lo que sucede
cuando deseamos de corazón oír a nuestro interno, ese que muchos aún
llamamos "nuestro Ángel de la Guarda".
Hoy es un día para meditar, para estar en silencio, para sondear muy adentro de nosotros mismos… para reflexionar.
En ese silencio, nos encontraremos y en ese encuentro nos veremos sin mascaras, así tal cual somos.
No hay disfraces, no hay maquillajes, no hay puestas en escena…
Nos encontraremos tal como somos y tal como nos ve Él.
Intentemos sentir paz en nuestro interior porque solo de esa forma podremos conocerla, y podremos vivir de una manera mejor…
Sólo podemos aspirar a un mundo mejor si
cada uno de nosotros comienza a ser un hombre nuevo, de nada sirven los
mensajes, las reflexiones ni los cuentos si no llegan a nuestro
interior, si no lo transforman.
De nada sirve observar las fallas del otro si no hacemos nada nosotros para mejorar cada día.
De nada sirve visitar un templo, una
iglesia en estos tiempos si salimos y seguimos siendo los mismos y no se
da un cambio profundo de conciencia y de sentimientos. ..
De nada sirve besar una cruz, si repudiamos la nuestra y reclamamos a Dios por el peso que cargamos en nuestra espalda…
Transformemos, cambiemos nuestro
interior para que con ese paso todo lo que esté cerca comience a
transformarse también… para que nuestras parejas, nuestras familias, el
mundo todo sea cada día mejor.
No esperemos el cambio en el otro, el verdadero cambio comienza en uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario