Por
mi trabajo y por las situaciones que normalmente atiendo, estoy muy en contacto
con los sueños, los proyectos, los cambios y las alegrías de mis consultantes y también con sus problemas y las dificultades humanas por las
que todos, - en un momento u otro de la vida transitamos -, con sus perdidas y
enfermedades.
Si
bien no todas las consultas son relacionadas al dolor ya que muchas tienen que
ver con los nacimientos, nuevos proyectos, la formación de parejas, el inicio
de estudios o nuevos trabajos… las que mas ocupan mi energía, - sobre todo en
relación a mis pacientes de Reiki - son
los desfasajes de salud, las variaciones emocionales y la necesidad de ordenar
la energía para ayudar a ordenar la vida.
Siempre
comento que el cuerpo escucha todo lo que la mente dice y si desde la mente, se
comienzan a enviar pensamientos de miedo, dolor, desencanto, rabia, envidia,
celos, preocupación, negativismo… pensamientos perniciosos… negativos y de baja
frecuencia energética, lo primero que acusa recibo es el aura, esa protección
energética que rodea nuestro cuerpo generando roturas, grietas o fugas y casi
automáticamente, una vez herida nuestra aura, esa, que es una acción puramente
energética, pasa a un plano mas material, produciendo estados de angustia,
depresión y por supuesto… no lo duden… enfermedades.
Cuando
se tiene salud, no le damos corte. Hacemos lo que no deberíamos hacer. Comemos
lo que sabemos nos hace mal. Evitamos actividades físicas y recreativas y nos
tensionamos sin darnos cuenta cuanto… por situaciones de trabajo… dejamos de
hacer lo que la salud necesita como mantenimiento… exámenes médicos, chequeos
energéticos, control de aura, sesiones de reiki para mantener el equilibrio
alcanzado y de golpe… sucede lo que sabíamos inconscientemente que podía
suceder: nos enfermamos.
Las
mayores enseñanzas están generadas a través de los mayores dolores y los
dolores son SIEMPRE maestros ocultos que nos traen información, energía para
activar cambios, o para tomar decisiones que no nos animamos a tomar o aprender
cosas que en otros momentos no aprendimos.
Cuando somos conscientes de que nosotros
mismos somos los creadores de esa enfermedad que llega
para enseñarnos algo… COMIENZA EL PROCESO DE SANACION.
Cuando
aceptamos que las cosas son así… estos son los resultados de los exámenes, esta
es la intervención que debo realizar o este tratamiento me acompañará durante
toda la vida….
Cuando
aceptamos eso y DEJAMOS DE LUCHAR CONTRA LA ENFERMEDAD… todo
proceso sanador se hace mas fluido, toda acción energética se potencia y las
mejoras comienzan a verse más rápidamente.
Luchar contra nuestra enfermedad es
utilizar una parte de nuestra mente para atacar a otra parte de nuestra mente
que ha creado el desequilibrio y eso… es gastar energía inútilmente.
En la actualidad, la medicina
tradicional está preparada para dar un acertado diagnostico del tipo de
enfermedad que se sufre. Las maquinas de ultima generación permiten un completo
estudio por medio de análisis de laboratorios.
Ese es el primer paso… pero que sigue
después. La consulta con el medico, que dependerá de la sensibilidad que tenga,
su conocimiento (que no siempre es lo mas importante), la forma de tratar al
paciente, de preocuparse del proceso de
su enfermedad y los consejos que de.
Hay médicos con una mente amplia y
abierta que aceptan que existe un mundo más allá de lo material y aconsejan
terapias complementarias como la homeopatía, la acupuntura o el reiki. A mi
vienen muchas personas recomendadas por su medico, psicólogo o siquiatra para
aplicar reiki como ayuda y complemento del camino que desde la medicina se esta
transitando.
Pero hay otros médicos que no. No
aceptan nada mas que aquello de lo que aprendieron y desatienden la
constitución bioenergética del paciente y son los que intentan curar todo con
pastillitas, radiaciones, intervenciones… pero se olvidan de
un pequeño gran detalle: Detrás de la enfermedad y los síntomas esta un paciente,
un ser humano generador de poderosas energías que si aprende a potenciarlas
podría cambiar el curso de los acontecimientos.
Si
esta enfermo, trate de elegir bien a su medico. Un profesional que diga a un
paciente que le queda 3 o 6 meses de vida, no sabe absolutamente nada,
desconoce el poder auto sanador que cada uno tiene incorporado en su organismo
y por supuesto, ni se le ocurre pensar en milagros, cambios energéticos,
sanaciones a través de ondas, vibraciones y frecuencias.
Por
eso a la hora de buscar un medico, le aconsejo investigar que tendencia tiene
con respecto a la vida. Un medico que acepta lo espiritual tendrá mas elementos
para ayudarle a sanar. Un medico que esta decidió a compartir la
responsabilidad de sanar con otras terapias complementarias, siempre tendrá mas
herramientas a favor.
Un
medico humano, que escuche, que mire a los ojos y que se interese por lo que le
esta pasando… puede llegar a ser mejor medico que el que esta al tanto del
ultimo seminario y permanentemente viajando en busca de nuevos conocimientos.
Si
Ud. esta enfermo… mi primer consejo es que busque un medico abierto a las
nuevas terapias y que estimule a usarlas.
Pero
mi segundo consejo es que no le de la responsabilidad a el por su sanacion… el
responsable de su curación es Ud., siempre va a ser Ud.
Y
una de las primeras acciones que debe hacer es desengancharse del temor y
conectarse a la fe.
El
tercer consejo es ver de que manera esta inter actuando con la enfermedad. A
veces la convocamos sin saber… no solo a través del pensamiento, que es lo más
común, sino a través de las palabras.
Nosotros los humanos
tenemos una increíble tendencia a alimentar nuestras enfermedades en forma tan
inconsciente, que puede resultarnos difícil advertir cuando lo estamos
haciendo.
Es muy común
escucharnos decir algunas frases como: todos los años me resfrió, el chocolate
me da alergia, cada día me siento peor, no hay tratamiento que me ayude a
salir, no voy a poder caminar como antes, perdí la visión de un ojo, ya viví mi
vida y ahora que mas puedo pedir, estoy cansado de todo, me siento mal, se que
nunca me sanaré, es un tratamiento que tengo que hacer durante toda la vida y
cosas por el estilo.
Quizás si sea un
tratamiento que deba hacer toda la vida… pero el hecho de convocarlo como una
gran tragedia, potencia la problemática que ya tiene de por sí.
Es evidente que cuando enfermamos es necesario
situarse en el presente y aceptar que estamos enfermos reconociendo la gravedad
o no de lo que esta ocurriendo.
Pero luego, tomar la decisión de sanar, de
recuperarse, de salir adelante de donde se esta.
Si existe la voluntad de sanar, los medios
para esa recuperación aparecerán, de una u otra manera... aparecerán.
La metafísica sostiene que todo lo que
vamos decretando en cada instante es lo que se va manifestando en nuestra vida.
Si por ratos nos sentimos muy enfermos y
hacemos que los demás lo sepan y les hablamos de lo mal que lo estamos pasando,
de alguna manera se esta recreando y alimentando la enfermedad.
Evidentemente no se trata de negarla, pero
se trata de dejar de darle más energía para que ella siga creyendo que está
siendo muy bienvenida y que no es necesario que se retire.
Nuestras creencias, nuestras ideas y
sentimientos pueden hacer que nuestra enfermedad sea una gran invitada muy bien
recibida que no desee irse de nuestro lado o incluso que sirva como herramienta
para que los demás nos tenga en cuenta (muchas veces la enfermedad se usa como
chantaje emocional) o pueden hacer que ella se debilite hasta desaparecer.
Maldecirla y exigirle que se vaya tampoco
es el camino, porque mientras más la odiemos, mas se alimentará de nuestras energías.
Ella es la portadora de un mensaje que podemos agradecer y dejar ir a la
mensajera en paz cuando así lo decidamos.
Esta mañana les comente de una oración de
sanacion y prometí, subirla al blog y es la siguiente:
Bendigo mi
cuerpo.
Lo veo saludable
y perfecto.
En mi hay
gratitud, solo gratitud y no queja.
Bendigo cada célula, maravillándome por la
manera como trabajan.
Bendigo cada parte de mí, que es una
creación única que encaja perfectamente con el todo.
Y si hay un área de mi organismo…
algún
órgano, alguna zona, algún malestar que necesite curación,
le envío bendiciones
especiales, invocando la energía perfecta y poderosa de Dios que vive en ella.
Me perdono por las maneras en que pude no haber
honrado o apreciado mi cuerpo en el pasado y doy gracias por el maravilloso
servicio que me presta.
Con nuevos ojos de amor, veo mi cuerpo luminoso,
resplandeciente,
saludable
y perfecto,
tal como lo fue creado.
Amen.
Amigos, hasta la semana próxima y que Dios
le ilumine.
Walter Accuosto.
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