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sábado, 5 de mayo de 2012

LA SANACION COMIENZA POR UNO

Por mi trabajo y por las situaciones que normalmente atiendo, estoy muy en contacto con los sueños, los proyectos, los cambios y las alegrías  de mis consultantes y también con sus  problemas y las dificultades humanas por las que todos, - en un momento u otro de la vida transitamos -, con sus perdidas y enfermedades.

Si bien no todas las consultas son relacionadas al dolor ya que muchas tienen que ver con los nacimientos, nuevos proyectos, la formación de parejas, el inicio de estudios o nuevos trabajos… las que mas ocupan mi energía, - sobre todo en relación a mis pacientes de Reiki -  son los desfasajes de salud, las variaciones emocionales y la necesidad de ordenar la energía para ayudar a ordenar la vida.

Siempre comento que el cuerpo escucha todo lo que la mente dice y si desde la mente, se comienzan a enviar pensamientos de miedo, dolor, desencanto, rabia, envidia, celos, preocupación, negativismo… pensamientos perniciosos… negativos y de baja frecuencia energética, lo primero que acusa recibo es el aura, esa protección energética que rodea nuestro cuerpo generando roturas, grietas o fugas y casi automáticamente, una vez herida nuestra aura, esa, que es una acción puramente energética, pasa a un plano mas material, produciendo estados de angustia, depresión y por supuesto… no lo duden… enfermedades.

Cuando se tiene salud, no le damos corte. Hacemos lo que no deberíamos hacer. Comemos lo que sabemos nos hace mal. Evitamos actividades físicas y recreativas y nos tensionamos sin darnos cuenta cuanto… por situaciones de trabajo… dejamos de hacer lo que la salud necesita como mantenimiento… exámenes médicos, chequeos energéticos, control de aura, sesiones de reiki para mantener el equilibrio alcanzado y de golpe… sucede lo que sabíamos inconscientemente que podía suceder: nos enfermamos.

Las mayores enseñanzas están generadas a través de los mayores dolores y los dolores son SIEMPRE maestros ocultos que nos traen información, energía para activar cambios, o para tomar decisiones que no nos animamos a tomar o aprender cosas que en otros momentos no aprendimos.

Cuando somos conscientes de que nosotros mismos somos los creadores de esa enfermedad que llega para enseñarnos algo… COMIENZA EL PROCESO DE SANACION.

Cuando aceptamos que las cosas son así… estos son los resultados de los exámenes, esta es la intervención que debo realizar o este tratamiento me acompañará durante toda la vida….

Cuando aceptamos eso y DEJAMOS DE LUCHAR CONTRA LA ENFERMEDAD… todo proceso sanador se hace mas fluido, toda acción energética se potencia y las mejoras comienzan a verse más rápidamente.

Luchar contra nuestra enfermedad es utilizar una parte de nuestra mente para atacar a otra parte de nuestra mente que ha creado el desequilibrio y eso… es gastar energía inútilmente.

En la actualidad, la medicina tradicional está preparada para dar un acertado diagnostico del tipo de enfermedad que se sufre. Las maquinas de ultima generación permiten un completo estudio por medio de análisis de laboratorios.

Ese es el primer paso… pero que sigue después. La consulta con el medico, que dependerá de la sensibilidad que tenga, su conocimiento (que no siempre es lo mas importante), la forma de tratar al paciente,  de preocuparse del proceso de su enfermedad y  los consejos que de.

Hay médicos con una mente amplia y abierta que aceptan que existe un mundo más allá de lo material y aconsejan terapias complementarias como la homeopatía, la acupuntura o el reiki. A mi vienen muchas personas recomendadas por su medico, psicólogo o siquiatra para aplicar reiki como ayuda y complemento del camino que desde la medicina se esta transitando.

Pero hay otros médicos que no. No aceptan nada mas que aquello de lo que aprendieron y desatienden la constitución bioenergética del paciente y son los que intentan curar todo con pastillitas, radiaciones, intervenciones… pero se olvidan de un pequeño gran detalle: Detrás de la enfermedad y los síntomas esta un paciente, un ser humano generador de poderosas energías que si aprende a potenciarlas podría cambiar el curso de los acontecimientos.

Si esta enfermo, trate de elegir bien a su medico. Un profesional que diga a un paciente que le queda 3 o 6 meses de vida, no sabe absolutamente nada, desconoce el poder auto sanador que cada uno tiene incorporado en su organismo y por supuesto, ni se le ocurre pensar en milagros, cambios energéticos, sanaciones a través de ondas, vibraciones y frecuencias.

Por eso a la hora de buscar un medico, le aconsejo investigar que tendencia tiene con respecto a la vida. Un medico que acepta lo espiritual tendrá mas elementos para ayudarle a sanar. Un medico que esta decidió a compartir la responsabilidad de sanar con otras terapias complementarias, siempre tendrá mas herramientas a favor.

Un medico humano, que escuche, que mire a los ojos y que se interese por lo que le esta pasando… puede llegar a ser mejor medico que el que esta al tanto del ultimo seminario y permanentemente viajando en busca de nuevos conocimientos.

Si Ud. esta enfermo… mi primer consejo es que busque un medico abierto a las nuevas terapias y que estimule a usarlas.
Pero mi segundo consejo es que no le de la responsabilidad a el por su sanacion… el responsable de su curación es Ud., siempre va a ser Ud.

Y una de las primeras acciones que debe hacer es desengancharse del temor y conectarse a la fe.

El tercer consejo es ver de que manera esta inter actuando con la enfermedad. A veces la convocamos sin saber… no solo a través del pensamiento, que es lo más común, sino a través de las palabras.

Nosotros los humanos tenemos una increíble tendencia a alimentar nuestras enfermedades en forma tan inconsciente, que puede resultarnos difícil advertir cuando lo estamos haciendo.

Es muy común escucharnos decir algunas frases como: todos los años me resfrió, el chocolate me da alergia, cada día me siento peor, no hay tratamiento que me ayude a salir, no voy a poder caminar como antes, perdí la visión de un ojo, ya viví mi vida y ahora que mas puedo pedir, estoy cansado de todo, me siento mal, se que nunca me sanaré, es un tratamiento que tengo que hacer durante toda la vida y cosas por el estilo.

Quizás si sea un tratamiento que deba hacer toda la vida… pero el hecho de convocarlo como una gran tragedia, potencia la problemática que ya tiene de por sí.
Es evidente que cuando enfermamos es necesario situarse en el presente y aceptar que estamos enfermos reconociendo la gravedad o no de lo que esta ocurriendo.

Pero luego, tomar la decisión de sanar, de recuperarse, de salir adelante de donde se esta.

Si existe la voluntad de sanar, los medios para esa recuperación aparecerán, de una u otra manera... aparecerán. 

La metafísica sostiene que todo lo que vamos decretando en cada instante es lo que se va manifestando en nuestra vida. 

Si por ratos nos sentimos muy enfermos y hacemos que los demás lo sepan y les hablamos de lo mal que lo estamos pasando, de alguna manera se esta recreando y alimentando la enfermedad. 

Evidentemente no se trata de negarla, pero se trata de dejar de darle más energía para que ella siga creyendo que está siendo muy bienvenida y que no es necesario que se retire.

Nuestras creencias, nuestras ideas y sentimientos pueden hacer que nuestra enfermedad sea una gran invitada muy bien recibida que no desee irse de nuestro lado o incluso que sirva como herramienta para que los demás nos tenga en cuenta (muchas veces la enfermedad se usa como chantaje emocional) o pueden hacer que ella se debilite hasta desaparecer. 

Maldecirla y exigirle que se vaya tampoco es el camino, porque mientras más la odiemos, mas se alimentará de nuestras energías. Ella es la portadora de un mensaje que podemos agradecer y dejar ir a la mensajera en paz cuando así lo decidamos.

Esta mañana les comente de una oración de sanacion y prometí, subirla al blog y es la siguiente:

Bendigo mi cuerpo.
Lo veo saludable y perfecto.
En mi hay gratitud, solo gratitud y no queja.
Bendigo cada célula, maravillándome por la manera como trabajan.
Bendigo cada parte de mí, que es una creación única que encaja perfectamente con el todo.
Y si hay un área de mi organismo…
 algún órgano, alguna zona, algún malestar que necesite curación, 
le envío bendiciones especiales, invocando la energía perfecta y poderosa de Dios que vive en ella.

Me perdono por las maneras en que pude no haber honrado o apreciado mi cuerpo en el pasado y doy gracias por el maravilloso servicio que me presta.

Con nuevos ojos de amor, veo mi cuerpo luminoso,
resplandeciente, 
saludable
 y perfecto,
tal como lo fue creado.

Amen.

Amigos, hasta la semana próxima y que Dios le ilumine.

Walter Accuosto.

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