Era una noche fria de lluvia y Cristian iba
manejando por una solitaria carretera.
De repente vio un auto parado al costado del
camino y a una señora de edad bastante avanzada que sin dudas necesitaba ayuda.
Entonces decidió detenerse.
Al bajarse del auto vio la cara de terror
de la señora que seguramente pensó que podía tratarse de un asaltante.
Cristian percibió que ella tenía mucho
miedo y le dijo: “Estoy aquí para ayudarla, no se preocupe. ¿Por qué no espera
dentro del auto que está más calentito? Mi nombre es Cristian.”
Lo que había sucedido era que tenía una
llanta pinchada.
Cristian se agachó, colocó el gato mecánico
y levantó el auto. Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrió la
ventanilla y comenzó a conversar con él.
Le contó que no era del lugar, que sólo
estaba de paso por allí y que no sabía cómo agradecerle su valiosa ayuda.
Fue entonces cuando ella preguntó cuánto le
debía.
Cristian no pensaba en el dinero, le
gustaba ayudar a las personas, era su modo de vivir así que le respondió: “Si
realmente quiere pagarme, la próxima vez que encuentre a alguien que
precise ayuda, acuérdese de mí y déle a
esa persona la ayuda que necesite.”
De esa forma, la señora siguió su camino y
Cristian el suyo: mañana debía madrugar y solo podría dormir unas pocas horas.
…
Algunos kilómetros mas adelante la señora
se detuvo en un pequeño restaurante; la moza vino a atenderla y con mucha
simpatía, le alcanzo una toalla para que se secara su pelo… ¡estaba empapada!!!
.
La señora notó que esa chica estaba casi
a punto de dar a luz y que esa
situación… - un embarazo tan avanzado - no dejó que la tensión y los dolores le
cambiaran su actitud de amabilidad.
A la señora le dio mucha curiosidad en
saber cómo alguien con un trabajo tan monótono, atendiendo en un oscuro
restauran de un camino poco transitado, ganando seguramente una miseria,
vestida con ropa muy humilde y esperando un hijo que seguramente llegaría a un
hogar muy pobre… tuviera tan buena onda como para atenderla y preocuparse de
que ella se sintiera lo mas cómoda posible…
Entonces se acordó de Cristian, el muchacho
que poco tiempo antes le había cambiado la rueda de su auto.
Después que terminó su comida, y mientras
esperaba el ticket por lo que había consumido, se retiró.
Cuando la chica volvió a la mesa encontró
el dinero de lo que la mujer había gastado y una servilleta con algo escrito y
un billete de 1.000 pesos.
En la nota decía: “No me debes nada, yo
tengo bastante. Alguien me ayudo hoy y de la misma forma te estoy ayudando. Seria
importante que tu pudieras ayudar también a alguien que lo necesite…”
Aquella noche y después de atender todo el
día en el restauran… la joven llegó muy cansada a su casa y enseguida se
acostó.
Entonces vino a su mente lo que había
ocurrido en el restaurante con esa mujer desconocida y esa excelente propina que
le había dejado…
¿Cómo podía saber esa señora cuánto necesitaba
ella y su marido ese dinero…? Con el bebe que estaba por nacer, la situación
económica estaba complicada y estaban debiendo parte del alquiler.
Quedó sorprendida y agradecida por la
bendición que había recibido ese día y dando gracias a Dios y se volvió hacia su marido que dormía a su
lado, cansado también de un agotador día en el taller mecánico.
Le dio un beso, lo tapo y le susurró: -Todo estará bien, Cristian…
Le dio un beso, lo tapo y le susurró: -Todo estará bien, Cristian…
...
Amigos… el círculo de amor funciono
perfectamente en esta historia.
Cristian, el muchacho que ayudo sin ningún
interés a la señora en el camino, recibió por una vía totalmente inesperada su
recompensa… y es así como funciona la
energía positiva.
Cada día la vida nos presenta situaciones
donde una o varias personas necesitan de nosotros…
Estemos atentos entonces para dar una mano,
una ayuda económica si se tiene, pero también un consejo, tiempo, dar el
asiento a una persona que lo necesite en el ómnibus o ayudar a cruzar la calle
a alguien que se mueva con dificultad, porque todas ellas pueden ser
situaciones ideadas por Dios para que llegue de una manera u otra lo que
nosotros estemos necesitando y sobre todo… para darnos la oportunidad de
acercarnos un poco mas a el.
Buena semana, bendiciones y hasta nuestro próximo
encuentro.
Walter Accuosto